Por Odalys Buscarón Ochoa
Moscú, 27 oct (PL) El Parlamento ruso dio una inequívoca señal en la semana que concluye hoy de apoyo a la política de Estado para fortalecer el orden institucional, la seguridad y la defensa de los intereses nacionales.
La cámara baja (Duma estatal) aprobó de inmediato en segunda y tercera lecturas un proyecto de enmiendas adicionales al Código Penal, encaminadas a endurecer la penalización por espionaje, revelación de secretos de Estado, y traición, en estos términos definidos.
Ese paso sigue a una ley adoptada en julio pasado en ambas instancias legislativas que declara "agentes extranjeros" a las organizaciones no gubernamentales que reciban financiamiento del exterior para sus actividades políticas en territorio de la Federación.
Si bien el gobernante partido Rusia Unida controla la Duma con una mayoría simple -238 escaños de 450- ninguna de las otras tres fuerzas parlamentarias "no aliadas del Kremlin" rechazó como bancada la iniciativa de robustecer los cimientos institucionales del país.
De acuerdo con el espíritu del proyecto, se entiende por traición la "ayuda" financiera, técnico-material o de consulta a cualquier Estado extranjero u organización foránea.
Y como objetos de esta figura penal, los diputados añadieron a la relación anterior, la seguridad, el orden constitucional, integridad territorial y estatal de la Federación de Rusia.
Al igual que la ley de las ONG, promulgada de un plumazo por Putin, y el cierre de la representación de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Rusia, esta otra legislación avivó las críticas hacia el Kremlin.
El vocero presidencial, Dmitri Peskov, aclaró a la prensa que el Gobierno no tiene la intención de "tomar en cuenta los criterios de la organización Human Rights Watch", en relación con la ley sobre traición al Estado.
"Difícilmente el punto de vista de Human Rights Watch puede tenerse en cuenta, cuando se trata de asuntos relacionados con la seguridad nacional del país", dejó en claro Peskov.
La respuesta obedeció a pronunciamientos de la fundación de que el concepto ampliado de traición "amenazaba los derechos humanos", y por ende pidió a Putin no rubricarla.
Así, lo que para el Gobierno y los parlamentarios rusos significaría proteger la soberanía y la seguridad nacional, frente a amenazas de subvertir el orden constitucional, sus detractores, por el contrario, opinan "que socava las bases de la sociedad civil".
Del contexto político interno acaparó también la atención las conclusiones de un informe del Centro de Estudios Estratégicos (CEE), solicitado por el Comité de Iniciativas Ciudadanas, que ofrece un escenario pesimista de la situación actual en Rusia y pone en entredichos la alta aprobación popular del presidente Putin.
Al respecto Peskov dijo que de ningún modo aceptarían las "conclusiones apocalípticas de los expertos".
Nunca fuimos partidarios de verlo todo color de rosa, pero un pesimismo infundado tampoco tiene derecho a existir, objetó el asesor presidencial.
El colectivo de expertos evaluó de muy altos los "ánimos de protestas" en el país, con más de la mitad de los entrevistados descontentos ante la gestión de las actuales autoridades.
Sin embargo, el informe del CEE contrasta con otros estudios sociológicos y encuestas publicados en los últimos meses.
Un sondeo divulgado esta semana por el Centro de Estudio de la Opinión Social señala que la mayoría de los electores rusos confía en el Presidente.
Todas las valoraciones hacia Putin oscilaron entre 85 y 62 por ciento de aprobación, en una escala de varias preguntas.
En opinión del director de la Agencia de comunicaciones políticas y económicas, Dmitri Orlov, el ranking de confianza hacia Putin no solo es alto, sino que "supera con creces a otros dirigentes políticos rusos".
Otra encuestadora independiente como el Centro Levada sitúa hoy la popularidad del gobernante ruso en 67 por ciento.
El estado de opinión masiva no puede investigarse por la indagación de "grupos focales", como los participantes en las protestas, ya que se obtiene una muestra no representativa del país, expuso el director general del Instituto de proyectos regionales prioritarios, Nikolai Mironov.
Abundó el experto que su institución llevó a cabo su propia investigación, la cual arrojó un índice de "ánimos de protesta" a un nivel relativamente bajo, incluso entre la clase media.
En general, respecto a la gestión de Putin, una mayoría de rusos percibe mejoría en los indicadores económicos fundamentales y en la situación del país, en comparación con la década de 1990.
Sobre las relaciones entre el poder y la oposición en Rusia, un tema muy publicitado en Occidente, el propio Putin respondió esta semana a los miembros del Club de Debates Valdái.
Dijo creer que él y el gobernante partido Rusia Unida son más populares "porque el poder si que hace algo, y la oposición todavía tiene que demostrar que es capaz de hacer algo", resumió con esta frase lapidaria.
En esta noticia nos da una clara idea de como se encuentra estructurados los poderes en Rusia en estos tiempos despues de la URSS y nos muestra la condicion en la que se encuentra , la cual es muy diferente a unos anios atras. |
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